El domingo (o a lo largo del fin de semana), suele ser el día en el que muchos, tras planificar su semana y realizar su compra semanal, se ponen manos a la obra en sus cocinas a preparar opciones saludables para gran parte de la semana.
¿Recomendaría este tipo de estrategia de educación nutricional para todo el mundo? Depende. No todos tenemos ni el mismo estilo de vida, ni los mismo horarios, ni las mismas barreras a la hora de ser constantes con nuestros hábitos alimentarios saludables.
MI OPINIÓN es que, tanto el profesional (dietista-nutricionista en este caso) como el cliente/paciente/usuario tiene que ser realista a la hora de recomendar y/o poner en práctica este tipo de estrategias. Te lo voy a explicar con 3 ejemplos:
Ejemplo 1: María
María es una joven que se acaba de independizar. Entre semana trabaja des de casa y el fin de semana suele hacer algún trabajo extra o como canguro (le avisan de hoy para mañana) o de noche como camarera. Al no tener una rutina más o menos fija, se programa sus actividades casi de un día a otro. Además, en alguna ocasión durante las sesiones ha comentado que odia la comida precalentada por lo que su padre (el cocinillas de su familia) no le preparar tuppers porque sabe que María no se los comería. Y si María quiere comer carne o pescado va ese mismo día al mercado y se lo compra fresco porque sino nunca se acuerda de descongelarlo
En el caso de María sería muy complicado que ella, aunque quisiera, realizara un batchooking porque:
- Vive y por tanto, compra al día, en función de sus actividades.
- A no ser que preparar tuppers en frío (ensaladas, sopas frías, etc.), María prefiere la comida cocinada del día.
- Si se planifica para hacer la compra y cocinar el fin de semana y le llaman para trabajar no podría hacerlo por lo que ya empezaría «mal» la semana.
Ejemplo 2: Diego
Este cliente acude a consulta porque quiere bajar de peso. Trabaja de lunes a viernes pero tanto las comidas como las cenas las realiza fuera de casa; ya sea porque tienes reuniones o porque viaja y pasa días en un hotel.
Además a Diego no le gusta nada cocinar, por lo que el fin de semana suele aprovechar para ir a comer a casa de su madre y cenar con sus amigos para no perder su vida social.
¿Por qué a Diego no le podría recomendar que planificara y realizara un batchcooking?
- Excepto el desayuno, el resto de ingestas casi cada día las hace fuera de casa.
- No le gusta cocinar, por lo que sería una actividad que realizaría por «obligación», que no disfrutaría y que difícilmente se convertiría en un hábito.
- Y no, la solución tampoco sería decirle a Diego que aprovechara para hacer las comida del fin de semana en casa porque tampoco sería algo realista.
Ejemplo 3: Rocío
Rocío trabaja como administrativa en un cole con horario intensivo. Tiene dos niños pequeños que comen en el comedor del colegio. Su objetivo es, además de aprender a realizar opciones en casa con menos carne y pescado, tener un menú familiar común y no tener que hacer dos tipos de cenas diferentes (una para ella y su marido y otra para sus hijos en función de lo que han comido en el cole). Además, para las cenas suele tirar de procesados congelados porque dice no tener prácticamente tiempo para cocinar en el día a día.
La idea de Rocío es empezar a llevarse la comida al trabajo y, los días que por tiempo no pueda, adaptarse al menú del cole. ¿Por qué la planificación y el batchcooking le podría ir bien en su caso?
- Tiene los menús de sus hijos a mes vista, por lo que puede dedicar un tiempo del fin de semana a programar las cenas (las mismas para todos) en función de las comidas del cole y, al mismo tiempo, preparar su tupper.
- Si se lleva la comida al cole puede aprovechar para hacer más opciones vegetarianas/veganas con legumbres o pseudocerales, cereales integrales, etc.
- Si se medio prepara las cenas tendrá más tiempo para realizar por la tarde el resto de actividades con más tiempo y además no tendrá que tirar tanto de procesados congelados.
Como ves, cada uno tiene su propia historia, por eso la importancia de SIEMPRE INDIVIDUALIZAR las recomendaciones. Para mi, es igual de importante aprender a planificar como aprender a improvisar y que ello también te permita mantener unos buenos hábitos alimentarios.
¿Te sientes identificado con alguno de los ejemplo? ¿Estás intentando poner en práctica alguna herramienta de educación alimentaria pero notas que no acaba de encajar en tu día a día? ¡Estaría encantada de ayudarte!